El arte del mantón: una velada inolvidable en Davinia
En Davinia, el arte y la cultura se entrelazaron en una velada llena de historia, música y emoción. Ayer tuvimos el privilegio de recibir a Olga María Ramos, cupletista, escritora y compositora, en el evento ‘Paseando el mantón’, una charla cantada en la que nos transportó al Madrid más castizo a través del mantón de Manila, el chotis y el cuplé.
Hija de la legendaria Olga Ramos y del compositor Enrique Ramírez de Gamboa, Olga María ha dedicado su vida a preservar y difundir el género del cuplé. Con más de 60 galardones que avalan su trayectoria, como la medalla de Agustín Lara o la Antena de Plata en Espectáculos, ha llevado esta expresión artística a escenarios de todo el mundo, manteniendo vivo un legado que forma parte de la identidad cultural madrileña.
Durante la velada, los asistentes pudieron conocer, de la mano de Olga María, la fascinante historia del mantón de Manila, esa prenda icónica que, en palabras de Benito Pérez Galdós, “es como vestirse con un cuadro”. Con elegancia y pasión, Olga María Ramos nos habló de su profundo vínculo con la mujer madrileña. Como colofón, exhibió algunos mantones centenarios de su colección y deleitó al público con su voz interpretando inolvidables chotises.
La noche culminó con un momento especial en el que la artista compartió con los asistentes el arte de colocarse y dominar el mantón, demostrando que este símbolo de la tradición sigue vivo en nuestros días. Entre anécdotas, melodías y el tintineo de las copas del cóctel posterior, quedó patente que la esencia del Madrid castizo sigue latiendo con fuerza.
Enrique Morgado, gerente de Davinia, agradeció a Olga María Ramos por su magnífica intervención y a todos los asistentes por compartir con nosotros esta velada sin duda apasionante y llena de emoción.
Con eventos como ‘Paseando el mantón’, reafirmamos nuestro compromiso con la cultura y la tradición, porque, al igual que el mantón de Manila, la historia y la belleza merecen ser preservadas y admiradas.
Esperamos verles en nuestras próximas citas culturales. Hasta entonces, sigamos celebrando el arte.
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