Zona de lavado: claves para su diseño
Tradicionalmente, a la hora de diseñar una cocina se partía de lo que llamamos el triángulo de trabajo, que fija tres zonas clave y bien diferenciadas (cocción, lavado y almacenaje), para así optimizar al máximo su distribución y hacer que la cocina fuera lo más cómoda y eficiente posible.
Hoy en día esas tres zonas siguen siendo prioritarias, aunque es cierto que la cocina ha ido adquiriendo un mayor protagonismo dentro del hogar, convirtiéndose en un punto de encuentro familiar, e incluso incorporando nuevas zonas como una dedicada al estudio, al trabajo, al café…
Sin embargo, el post de hoy va a estar dedicado a una de las partes del triángulo de trabajo, la zona de lavado, para descubrir algunas claves que ayudan a optimizar su diseño.
Zona del fregadero
Como es evidente, la zona de lavado parte de la pieza clave, el fregadero. Así, tal y como vimos en este artículo, al escoger entre uno y otro modelo podremos tener en cuenta:
- La instalación: pueden ser encastrables, es decir, los instalados en la encimera, el formato tradicional, y bajo encimera, muy comunes en cocinas a medida.
- La forma: cuadrado o rectangular, redondos, con escurridor, de una o dos cubetas, de esquina…
- El material: en el caso de los encastrables, suelen ser de acero inoxidable, aunque también de resina sintética, cristal o Tecnotite. En el caso de los de bajo encimera, pueden ser de prácticamente cualquier material: piedra, granito, mármol, cerámico, gres…
Lavavajillas
Por lo general, la zona de lavado también incluirá el lavavajillas, que se situará lo más cerca posible del fregadero, ya que habitualmente tendremos que enjuagar los platos antes de ponerlos en el aparato y, de este modo, la tarea será mucho más ágil y rápida. De esta forma, a la hora de comprar el lavavajillas podremos valorar:
- El tamaño: podemos encontrar principalmente dos tamaños, de 45 cm y de 60 cm. El fondo es estándar, 60 cm, al igual que los muebles.
- Diseño: lo normal es que el lavavajillas sea blanco o en acero, aunque también existen modelos de color e, incluso, especialmente diseñados para ser integrados en el mobiliario.
- Tipo de instalación: como decíamos, podemos optar por los lavavajillas ‘ocultos’, cuyas puertas se integran con los muebles de la cocina, o de libre instalación.
- Eficiencia energética: los etiquetados como A+++ son los más eficientes y, por lo tanto, los que menos energía gastan y más ahorro permiten a largo plazo.
- Otras cualidades: en este artículo les contamos algunas características adicionales que podemos encontrar en los aparatos de lavavajillas actuales y que pueden resultarnos de gran utilidad.
Mobiliario
El mueble que acoge el fregadero lleva las medidas estándar de cualquier otra parte del mobiliario, que suele ser una profundidad de 60 cm como decíamos anteriormente. Además, los muebles superiores deben estar a unos 55 cm con respecto a la encimera, para así tener libertad de movimiento. La principal diferencia con respecto al resto será la parte interior, ya que acogerá las tuberías y llaves de paso. Pero, aun así, existen diseños y complementos que nos van a permitir aprovechar y organizar esta zona.
En cuanto al mueble superior, la única peculiaridad con respecto al resto de la cocina es que albergará una zona de escurridor.
Complementos
Lo normal es que debajo del fregadero guardemos los cubos de basura, los productos de limpieza… En cualquier caso, con los complementos de interiores que les ofrecemos en Davinia esta zona será mucho más práctica y ordenada. Ejemplo es el organizador bajo fregadero, para estropajos y detergentes, o el clasificador de residuos.
Distancia con otras zonas/distribución
Lo más fundamental a la hora de fijar la zona de lavado dentro de la distribución de la cocina es que esta debe contar con toma de agua y puntos de luz. En cuanto a la situación con respecto a otras zonas, si el tamaño de nuestra cocina nos lo permite, el fregadero debe situarse a una distancia de la placa de cocina de unos 60 cm. Además, de forma habitual el fregadero se suele situar debajo de la ventana, cuando es posible.
En cuanto al lavavajillas, como decíamos, lo más práctico es que se encuentre próximo al fregadero, así como al cubo de basura, para que sea más fácil el momento de recoger los platos. Además, necesita acceso a una toma de agua, que normalmente está debajo del fregadero. Por su parte, es importante no situarlo junto al horno ni a la placa de cocción, para evitar el calor. Y, muy importante, debemos dejar un espacio lo suficientemente amplio delante del mismo para poder abrir la puerta en su totalidad y manejarlo con comodidad.
Esperamos que estos consejos sobre la zona de lavado les hayan resultado de utilidad. Si tienen alguna duda, estaremos encantados de atenderles.
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